Crítica CD
PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY (1840-1893)
El concierto para violín Op. 35 en Re Mayor de Tchaikovsky forma parte
del repertorio de muchos violinistas actuales, debido a su lucidez y
virtuosismo.
Este concierto, el único para violín de este compositor, fue compuesto en
mazo de 1878 y dedicado al famoso violinista Leopold Auer, quien no dudó en
tacharlo de “inejecutable”. De esta opinión eran también violinistas como Yosif Kotek. La
crítica tampoco trató con benignidad a este concierto, así el clasicista Eduard
Hanslick comentaba: "ya no se toca el violín, más bien se le dan tirones,
se rompe en pedazos y se le llena de cardenales". Con tal motivo, el
estreno no pudo celebrase hasta el año 1881 en Viena, cuando el
violinista Brodsky se atrevió a tocarlo. Después del estreno, el compositor
re-dedicó el concierto a este violinista diciendo: “Para el re-creador del
concierto considerado imposible, de parte del agradecido Pyotr Tchaikovsky”.
A pesar de tan poco venturoso comienzo, la obra se convirtió rápidamente
en una de las más populares entre los conciertos de la época.
Las versiones seleccionadas para esta comparativa son: la versión de
Yehudi Menuhin acompañado por la RIAS- Symphonie- Orchester bajo la dirección
de Ferenc Fricsay para audite, del año 1948; la de Itzhak Perlman acompañado
por la Israel Philarmonic Orchestra bajo la dirección de Zubin Mehta para EMI
Classics, del año 2005; la versión de David Garrett acompañado de la Russian
National Orchestra bajo la dirección de Mikhail Pletnev para Deutsche
Grammophon, del año 2001.
La interpretación de Perlman de este concierto es cuidadosa y sensible, hay
expresividad y fluidez, aunque en general se echan en falta algunas dinámicas y
agógicas, señaladas expresamente en la partitura en la partitura.
De nuevo, Perlman vuelve a hacer gala de su virtuosismo dejando escuchar
cada sonido con nitidez en las rapidísimas escalas que pueden escucharse en
este concierto.
La interpretación de David Garrett, es sin duda, la más expresiva de las
tres. El intérprete se ciñe a las indicaciones del autor. Es una versión en
general cuidada, aunque en el primer movimiento, el intérprete pierde velocidad
haciendo que resulte, por momentos, pesado.
La interpretación de Yehudi Menuhin es, con diferencia, la más lenta de
las tres. Sin poner en absoluto en tela de juicio la brillantez técnica de este
afamado intérprete en esta granbación, hay que decir que esta no es precisamente,
una de sus mejores interpretaciones.
En el primer movimiento escuchamos a un incómodo y desafinado Menuhin,
que patina en la ejecución de los armónicos, el sonido y en la afinación de las
dobles cuerdas y de los acordes. En los dos siguientes movimientos se aprecia
más seguridad y un mejor sonido por parte del intérprete, aunque cabe destacar
la pequeña supresión temática que se realiza al comienzo del tercer movimiento que
no tiene, aparentemente, sentido alguno.
Por otro lado,
es de agradecer, que en esta grabación, no se hayan suprimido las respiraciones
del intérprete ni los demás sonidos extra-interpretativos, esto hace que la
audición sea más real.
Lourdes MS Figueroa
No hay comentarios:
Publicar un comentario